CAPÍTULO 17. CURSO 1982-83. CENTRO ESPECÍFICO. ASPAPRONIAS. HUELVA. #SIEMPREFUIMAESTRA

Capítulo 17. Curso 1982-83. 

Centro Específico. Huelva.

Cada día me gustaba más trabajar con el alumnado diverso. Los pequeños avances de cada alumno/a era para mí una gran satisfacción, que aportaba a mi vida alegría y felicidad. 

Muchas veces reflexionaba y pensaba si me compensaría irme a un centro ordinario a ser maestra de Sociales en el tercer ciclo de la EGB, una vez aprobadas las oposiciones, o continuar trabajando con el alumnado con dificultades. Y siempre llegaba a la misma conclusión: ser maestra de sociales en un cole ordinario, con chicos/as "normales", podía serlo cualquiera. A mí me apasionaba trabajar con las personas que tenían más dificultades, y eso, no creo que pueda hacerlo cualquiera, se me daba bien y me encantaba. 

Con el paso de los días y los meses, lo tuve muy claro. Pero si quería ser funcionaria, tenía que prepararme las oposiciones y aprobarlas. En esos años no se convocaba aún la especialidad de Pedagogía Terapéutica. 

En este curso todo era mucho más relajado porque ya tenía bastante experiencia acumulada del curso anterior. Había aprendido tanto del alumnado con sus múltiples variables personales, sociales y familiares, que la gestión del grupo clase y de cada alumno/a, era fácil. 

El avance experimentado el curso anterior en el alumnado había sido muy significativo, en la mayoría de ellos/as. Así pues, partía con muchas ventajas a la hora de realizar las programaciones, las propuestas, las actividades...

Nuevos alumnos llegaron a mi aula, Juan, Miguel, Carmelo Z. y Carmelo D. y algunos se fueron. Pero el grupo clase se consolidó con facilidad y salvo casos concretos, que faltaban mucho a clase, el resto tenía ganas de trabajar y disfrutaban con las distintas propuestas. 

A los nuevos alumnos yo siempre les pasaba algunas pruebas pedagógicas para descubrir el nivel desde el que partíamos a la hora de trabajar y hacía un seguimiento y observación sistemática para conocerlo integralmente y descubrir todas sus capacidades.

Este curso las sesiones de clase también eran por las mañanas y por las tardes. Prácticamente tenía una estructura de horario muy parecida a la del curso anterior, aunque ya trabajábamos la lecto-escritura y las matemáticas de una forma más sistemática con algunos alumnos/as.

A principios de curso realicé la programación anual y cada trimestre, como era prescriptivo, las trimestrales. Como siempre, antes las emborronaba a mano y luego, las pasaba a máquina.

Seguí con la misma estructura del curso anterior a la hora de realizar las fichas de asistencia, los informes de  final de trimestre, las evaluaciones...

Cada semana, continué anotando los diversos contenidos a trabajar, que como ya comenté, se realizaban a través de propuestas muy abiertas y flexibles.

Recuerdo con cariño e ilusión a los alumnos/as que ese curso realizaron su Primera Comunión. Aún conservo bien guardadas, sus "estampitas de la Comunión". En algunas de ellas, aparecen los chicos retratados vestidos de marineros. Quizás éste fue el único signo de cierta "normalidad" que pude ver en estos años de segregación.

Cuando veo el vídeo que realizó ASPAPRONIAS en 2014 para celebrar su 50 aniversario, retrocedo en el tiempo y veo todo lo que la sociedad ha ido cambiando, aunque aún nos quede muchísimo camino por recorrer y cómo el tiempo, mi trabajo y mi esfuerzo, me han hecho conseguir mi sueño inclusivo.

En el mes de marzo se convocó el Curso de Pedagogía Terapéutica, a través de la Resolución de 25 de marzo de 1982 del Instituto de Educación Especial por la que se convoca un curso de Formación de Profesores Especializados en Pedagogía Terapeútica en la provincia de Huelva. (BOE 24 de junio), que yo estaba deseando hacer, porque era una buena oportunidad para aprender, formarme y tener mi título de especialista.

En cuanto me enteré que se convocaba, lo solicité y la alegría fue inmensa, cuando me admitieron.

El curso de especialización  fue largo e intenso, con mucho trabajo a lo largo de los meses. Finalizó con la realización de la memoria final que yo encuaderné en dos tomos. 

En esos dos tomos quedaban recogidas muchas de las propuestas trabajadas y de los conceptos y contenidos aprendidos. Ellos fueron y han sido, durante mucho tiempo, un material básico para mi formación y la de otros compañeros/as, cuando lo han necesitado al comenzar su trabajo con el alumnado con necesidades educativas especiales.

Conseguir tener mi título, me abría las puertas a seguir trabajando con la diversidad y salir del centro específico a los centros ordinarios. Con el tiempo, así fue.

En este curso, seguía muy implicada, tratando de aprender a través de cursos, artículos publicados en revistas educativas y medios de comunicación, bibliografía, experiencias... Me interesaban todos los temas relacionados con las propuestas educativas, para poder hacer cada día una mejor atención al alumnado con discapacidad.

Mi formación continuó con la asistencia a distintos eventos educativos, conociendo distintos métodos de intervención, materiales editados por instituciones y colectivos, experiencias en las aulas...

Ya por entonces, los medios de comunicación comenzaban a recoger en sus páginas artículos, reflexiones, análisis... relacionados con las personas con discapacidad que por aquellos años, eran denominadas en los documentos oficiales y en las leyes (como podemos ir leyendo en los documentos que voy compartiendo, incluido los que yo escribía) como:

  
-Oligofrénicos.
-Subnormales.
-Retasados mentales.
-Disminuidos.
-Deficiencia mental.
-Mongólico.

-Minusválido

La Revista "VOCES" era una publicación mensual de la Federación Española de Asociaciones PRO SUBNORMALES, que yo leía con frecuencia. Aún conservo algunos ejemplares amarillentos de los meses de marzo y abril de 1983. Su director era Javier López Iglesias.

Por suerte, en 40 años la terminología, poco a poco, parece que va cambiando, aunque aún la sociedad y los medios de comunicación, continúen hablando de "discapacitados", en vez de personas con discapacidad, de "autistas", en vez de personas con autismo... y poniendo una y otra vez, etiquetas para excluir y segregar.

En el año 1982 se aprobó el Real Decreto de 15 de octubre de Ordenación de la Educación Especial en el que se recogían las distintas modalidades de Integración: completa, combinada y parcial. (BOE de 22 de octubre de 1982)

En el mes de marzo de 1983 se convocaron las oposiciones. Ya tenía muy tenía claro que no quería trabajar como maestra de sociales, pero sí quería aprobar las oposiciones para poder seguir trabajando con mi título de especialista, en los centros ordinarios con el alumnado con diversidad funcional. De entre todas las especialidades de ese año, elegí presentarme por Preescolar.

A lo largo del curso, el tiempo que tenía para dedicarme a preparar las oposiciones también fue bastante escaso, pero aún así, estudié y me las preparé lo mejor que pude. Pero no las aprobé. No recuerdo bien si este año me suspendieron en el segundo o en el tercer examen. Así pues, el destino me llevaba a seguir estudiando y a volver a presentarme una vez más. Tenía claro que, costara lo que costara, hasta que no las aprobara, no dejaría de estudiar y de intentarlo. 

En la Resolución de 13 de marzo de la Dirección General de personal se hacía pública la lista provisional de admitidos y excluidos para participar en el concurso-oposición al Cuerpo de Profesores de Educación General Básica y Preescolar en Andalucía. Yo me presentaba por la provincia de Sevilla y aparezco en la página 58. 

Aún tengo guardados en una antigua carpeta, las cuestiones que plantearon en las distintas fases de esa oposición.

En el año 1982 se celebraron Elecciones Generales, en las que por supuesto, yo voté y además me nombraron suplente del Presidente en una mesa electoral. Por suerte, el presidente que creo recordar que era Mario, médico del pueblo, apareció y ya que me había dado el madrugón recuerdo que fui de las primeras en votar antes de irme. 

"El jueves 28 de octubre de 1982 se celebraron elecciones generales en España. Las elecciones fueron anticipadas seis meses, ya que debían haberse celebrado el sábado 30 de abril de 1983. El entonces presidente del gobierno, Calvo-Sotelo, convocó elecciones anticipadas debido a la difícil situación que vivía el partido del gobierno y ante la dificultad para seguir gobernando.

Estos comicios tuvieron un carácter histórico, ya que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Felipe González consiguió una amplísima mayoría absoluta, ocupando 202 de los 350 escaños del Congreso, 134 puestos en el Senado y casi la mitad del total de sufragios válidos emitidos. Fue de hecho la primera ocasión desde la época de la Segunda República en que el PSOE ganaba unas elecciones generales y suponía la primera vez que el PSOE lograba una mayoría absoluta a nivel nacional. Miles de personas se echaron a la calle para celebrar el histórico triunfo".

Con el cambio de gobierno vinieron las nuevas leyes y las diferentes legislaciones en todos los ámbitos, entre ellos las relacionadas con la Educación. Pero no fue hasta 1985, cuando entró en vigor la LODE.

Con el final del curso llegaron las vacaciones y al fin, pude vivir en Sevilla con mi marido. Durante todo el curso yo había estado viviendo en el mismo piso compartido del curso anterior, en Huelva.

En este verano un acontecimiento muy importante se celebró en Huelva. El día 12 de julio de 1983 Miguel Ríos ofreció un concierto en el Estadio Municipal de Huelva (Antiguo Colombino). El Diario Odiel se hacía eco del concierto en sus publicaciones de los días 12 y 13 de julio.

Un concierto en el que disfruté muchísimo: "el rock de una noche de verano". Mis recuerdos van asociados a mi amiga Asen, con la que compartí mis tres años de estudios de magisterio. Buscando por la red, he encontrado en Facebook una publicación de José Antonio Fernández en la que muestra una entrada y la crónica que recogió la prensa de ese acontecimiento.

Los acordes de "Bienvenidos" nunca los he podido olvidar.

En el verano del 83 continué disfrutando de mis paseos y atardeceres en Matalascañas, de algunos viajes cortos porque la economía seguía siendo escasa, del placer de poder "ir montando" el primer piso en el que viví, en Triana, en la calle Luz Arriero, cuando aún estaban las carretas de la Hermandad del Rocío de Triana, en el solar vacío situado junto al edificio en el que estaba mi piso.

...CONTINUARÁ...