martes, 17 de noviembre de 2020

CAPÍTULO 18. CURSO 1983-84. COLEGIOS ARIAS MONTANO Y GINER DE LOS RÍOS. HUELVA. #SIEMPREFUIMAESTRA

Capítulo 18. Curso 1983-84. 
Colegios Arias Montano y 
Giner de los Ríos. Huelva


En el curso 1983-84 yo continuaba trabajando en el Centro Específico, echando mucho de menos a Manoli Salas, una de mis compañeras que había aprobado las oposiciones y se había ido a un centro ordinario. Creo recordar que el curso anterior y por el mismo motivo, se había ido Pepe, el director.

En este curso continué trabajando con el mismo alumnado del curso anterior. No recuerdo que llegara ninguno nuevo. Mi forma de trabajar iba consolidándose y ampliándose con cada uno de los aprendizajes que iba realizando en las distintas formaciones regladas y no regladas y con las experiencias educativas desarrolladas.




A comienzo de curso siempre me gustaba volver a pasar algunas "pruebas pedagógicas" como el dibujo de la familia, la figura humana, los trazos de grafomotricidad, un test sociométrico... para ir viendo la evolución de un curso a otro.






Cuando llegaba algún alumno/a nuevo/a seguía realizando una exploración inicial, antes de comenzar a trabajar con él/ella. El Equipo Multiprofesional de Educación Especial de la Delegación de Educación, cuando diagnosticaba a los alumnos/as, nos mandaba el informe y las recomendaciones que se realizaban sobre él/ella.



Seguía muy interesada en conocer y leer todo lo que se publicaba sobre educación: artículos, monográficos, análisis, reflexiones... en leer libros y manuales sobre dificultades diversas. Me gustaba estar al día. Siempre he dicho: "quiero estar en la punta de la lanza de la innovación educativa".

El 23 de Octubre de 1983 el diario ABC publicaba un reportaje sobre ASPAPRONIAS en el que se recogía el trabajo que se realizaba en las aulas y en los talleres. Para mí fue una grata sorpresa ver que la foto que publicaban de las aulas, era la de mi clase en la que aparezco con algunos alumnos trabajando. 

Las expectativas de futuro que la mayoría de la sociedad, familia y profesionales tenían entonces con respecto al alumnado del centro específico, era la que se recoge en el reportaje junto a la fotografía de mi aula: "Cuando estos niños, que reciben clases en grupos reducidos tengan la edad apropiada pasarán a los talleres"



Este año, había ya muchas voces pidiendo que los chicos/as de los centros específicos salieran de ellos a las Aulas de Educación Especial que comenzaban a crearse en los Centros Ordinarios

Yo estaba deseando salir del centro específico y comenzar a trabajar en los centros ordinarios, aunque fuera aún en aulas segregadoras. Era un paso desde el que poder seguir luchando por la normalización y trabajando para que los chicos de esas aulas fueran a las aulas ordinarias.

COMENZANDO EL CAMINO DE LA INTEGRACIÓN

Cuando me nombraron interina para ocupar el Aula de Educación Especial del Colegio de EGB Arias Montano, en la barriada de la Orden, en la que había vivido durante mis tres años de estudio de Magisterio, me sentí encantada y con una ilusión enorme.

En febrero de 1984 tomaba la decisión de irme del centro específico y me despedía con mucha tristeza de los alumnos/as, compañeros/as y familias, con las que tanto había trabajado y aprendido durante esos casi tres años.

El día 23 de marzo de 1984, según consta en la documentación, me nombraban interina.



Ese curso, el edificio del colegio Arias Montano estaba de obras y el alumnado y profesorado estaba desdoblado en el colegio Giner de los Ríos que estaba muy cerca del Arias Montano. 


El centro  Arias Montando tenía un horario de mañana y el Giner de los Ríos de la tarde. A mí me habían dado instrucciones de atender a los alumnos/as de ambos centros. A día de hoy, lo veo como una locura, pero en aquella época, todo me parecía genial porque me daba la oportunidad de trabajar con todos los niños que lo necesitaban.

En la memoria de final de curso recojo que:

"El Aula de E.E. del Arias Montano en este curso había atravesado numerosos problemas ocasionando un funcionamiento irregular:

-Comienzo tardío del curso.
-Cambio de localización del colegio motivado por deficiencias estructurales en el antiguo colegio.
-Ausencia de la profesora entre los meses de de enero a marzo.
-Traslado de la ubicación del aula.
-Compleja estructuración de horarios y grupos debido al número excesivo de alumnos/as y el hecho de tener que atender dos colegios simultáneamente".

En un principio, el aula de E.E. fue instalada en el laboratorio y desarrolló sus actividades con normalidad hasta pasadas las vacaciones de Navidad. La profesora que la atendía se ausentó y quedó suspendido todo el trabajo durante los meses de enero y febrero. Durante ese período, los alumnos/as se quedaban en sus aulas ordinarias con el apoyo de sus maestros/as.

Yo me incorporé a sustituirla en los primeros días de marzo y me encontré con el aula de E.E. desmontada y el material embalado. Me propusieron que la instalara en la biblioteca, pero ese lugar estaba repleto de mobiliario escolar. Así que me tocó poner orden en ese espacio, quitar de él todo lo innecesario y sobrante, colocar el material con el que iba a trabajar, decorarlo y ponerlo acogedor y agradable.

Luego analicé los expedientes que había del alumnado, formé los grupos de alumnos/as y confeccioné el horario que fue bastante complejo e irregular. 

Un horario partido en mañana y tarde, en el que las familias se organizaban para poder traer a sus hijos a la hora que les correspondía, aunque no estuvieran en el horario lectivo de sus centros educativos.



Había una gran dificultad con el horario porque ambos centros tenían un desdoble: el Arias Montano por la mañana de 9 a 14 y el Giner de los Ríos por la tarde, de las 14 a las 18 por la tarde. Mi horario tenía que ajustarse y adecuarse a estas circunstancias y priorizar que el alumnado de cada centro, estuviera el máximo tiempo posible en sus aulas ordinarias.

A la hora de forma los grupos de alumnos/as el inconveniente era el gran número de alumnos/as de ambos centros. Así pues organicé tres áreas de intervención: Lenguaje (logopedia), Psicomotricidad y Educación Especial.

Trabajé con 9 alumnos/as del Arias Montano (Mª Jesús, Ismael, Daniel, Mª del Carmen, Juan Francisco, Fernando, Ismael M. y Remedios) y con 14 alumnos/as del Giner de los Ríos (Vanessa, Julio, Juan Manuel, Francisco Javier, Juan Pablo, Mª del Rosario, Inmaculada, Susana, Carmen, José Javier, Ignacio, Manuel, Mª del Carmen y Rafael). Reseñar que el centro Giner de los Ríos no tenía aula de E.E.

La mayoría del alumnado de ambos centros no tenía diagnóstico del E.P.O.E. (Equipo de Promoción y Orientación Educativa). En esos años comenzamos lo que yo llamo la "desintegración", porque paralelamente a escolarizar en el Aula de E.E. al alumnado que venía de centros específicos o a aquellos alumnos/as que presentaban discapacidades, se comenzó a "sacar de las aulas ordinarias" al alumnado escolarizado en ellas que presentaba problemas de logopedia, psicomotricidad, conducta, retrasos madurativos...

Nada más comenzar a mirar "el papeleo" que había del aula de Educación Especial, me di cuenta de lo complicado que iba a ser realizar una buena atención a tantos alumnos/as, con horarios por las mañanas un cole y por la tarde el otro, con múltiples discapacidades, metodologías diferentes y además, tener que desarrollar ese trabajo en tres meses, en el tercer trimestre del curso.

Confeccioné además del horario, los grupos, los días de atención, algunos informes de chicos/as concretos, tablas con alumnado atendido y sin atender, con y sin diagnosticar, profesorado...







Hemos de tener en cuenta, que en esos años, el alumnado que estaba "diagnosticado"era alumnado con discapacidades diversas y muchas dificultades, que se escolarizaba en esas aulas de E.E. en el centro ordinario o venían de centros específicos.



El alumnado que iba al aula de Educación Especial, en general, permanecía todo el tiempo en ellas, a menos que la profesora de Educación Especial negociara, suplicara y pidiera a los/as maestros/as más implicados/as, que dejaran que el alumnado fuera a sus clases. Pero en estos dos centros la mayoría del  alumnado que iba al aula de E.E, estaba ya en sus aulas ordinarias y muchos de ellos/as colaboraban conmigo facilitando mi trabajo y la coordinación.

Tengo que reconocer que siempre ha habido MAESTROS/AS con mayúsculas, que han QUERIDO dejar entrar en sus clases al alumnado con discapacidad y a mí y han trabajado con ellos/as y conmigo.

En estos años, todo era muy experimental. Yo estaba encantada de poder poner en marcha algo tan nuevo, que estaba deseando realizar y que comenzábamos a crear desde la nada. 

Desde entonces, yo comencé a realizar los grupos, los horarios, a realizar y colaborar en los diagnóstico y pasar algunas pruebas pedagógicas que eran las que a mí siempre me interesaban, porque me daban pautas para trabajar. 

A lo largo de toda mi docencia, siempre ha sido así. Todos los Equipos Directivos de los centros educativos en los que he trabajado, me han dado autonomía a la hora de Organizar y Gestionar todo lo relacionado con el aula de E.E en aquellos años o todo lo relacionado con la Pedagogía Inclusiva después, haciéndome partícipe de la organización general del centro.

En esos meses que estuve trabajando en esos dos centros, aprendí tanto, que durante toda mi carrera docente he sido la maestra que en esos meses continué construyendo. 

El Colegio Arias Montano tenía una propuesta metodológica tradicional, la de las 3P (presentación, práctica y prueba), mientras que el Giner de los Ríos tenía una propuesta innovadora, basada en los Movimientos de Renovación Pedagógica.

El alumnado de Colegio Arias Montano aprendía a leer con la cartilla, que creo recordar que era la "Cartilla Micho" que estaba de moda en aquellos años, mientras que el alumnado del Giner de los Ríos aprendía a leer con el método global. 

Aparte del método de lectura, yo como me reunía y coordinaba con el profesorado de ambos centros y entraba en algunas clases algunos ratitos, tenía la gran suerte de poder ver y comparar qué propuestas eran las más adecuadas y las que favorecían mejor la Integración del alumnado en las aulas ordinarias.


Ya entonces empecé a ver que no todas las metodologías eran iguales, que no todo el profesorado se implicaba de la misma manera, aquellos/as que querían a TODO su alumnado y se ocupaban y preocupaban por ellos/as y a los que iban a "Trabajar y cobrar su sueldo". Desde entonces, tuve mucho más claro, el camino a recorrer.

En la memoria que realicé al final del curso, de 15 folios, dejé reflejado minuciosamente toda la labor docente realizada en ese trimestre, con las grandes dificultades y los avances conseguidos, tanto en la dinámica general de la Organización del Aula de Educación Especial, como del alumnado en particular.







Desde que llegué al centro y a lo largo de ese trimestre, siempre participé activamente en todas las propuestas que hacía el centro: excursiones, semanas culturales, concursos... porque siempre he pensado que la primera que tenía que integrarme en todo el centro era yo y para ello tenía que conocer a toda la Comunidad Educativa y que me conocieran a mí.


Durante años, he comentado una anécdota que me pasó a final de este curso. Una maestra del Arias Montano me comentó: "No te he saludado durante todo el curso porque como eres tan joven, creí que eras una chica de práctica". Y yo le respondí: "¿A las chicas en prácticas no se las saluda?.

Siempre he estado muy atenta a toda la legislación vigente y a todos los escritos, documentación, etc, que llegaban al centro en general y a la relacionada con la Integración en particular.



Este curso también se convocaron oposiciones. Yo me volví a presentar. Me había prometido no dejar de hacerlo hasta aprobarlas. Este año tampoco fue fácil sacar tiempo para estudiarlas. No se por qué tengo tan pocos recuerdos de esta oposición, aunque sí conservo las pruebas de tuve que realizar. Tampoco las aprobé.




Imagino que este año me seguí presentando por Educación Infantil y en Sevilla, porque mi vida estaba ya en esta bella ciudad, aunque de lunes a viernes, seguía viviendo en Huelva.

Mi formación seguía avanzando con la lectura de libros específicos, artículos educativos que aún conservo, investigaciones, etc.




Mi vida cultural, también se hacía cada día mas activa y participativa.




En el verano de 1984, una vez terminadas las oposiciones, me dediqué a disfrutar de la compañía de mi marido. A ambos nos seguía encantando la playa con sus atardeceres y compartir nuestras pasión por los viajes, la fotografía y el arte en general.


En día 19 de agosto de 1984, la Virgen del Rocío volvía como cada siete años, a Almonte. Una Venida de la Virgen que siempre recordaré porque hubo una "polémica" con el recorrido. Yo ese año tampoco hice el camino, sino que disfruté de la noche en el pueblo paseando por las adornadas calles, a la espera de verla llegar por la mañana.


De esta Venida de la Virgen sí que tengo bastantes recuerdos cimentados y fotografías que realicé que me hacen recordar muy bien, cómo estaba adornado el paseo.





También hay bastante documentación de esa Venida recogida por particulares, como Javier Coronel, en la página Rocio.com, en VirgendelRocio.net, etc.


Ordenando documentación de estos años, me he encontrado con algunos documentos que no recordaba y que me parecen curiosos:

-Una carta que escribió en septiembre de 1984, el entonces Alcalde de Almonte, Juan Antonio Castellano Ramos, titulada: "Carta a la derecha almonteña".



-Un documento en el que se dice que yo no tenía tuberculosis.


...CONTINUARÁ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario