domingo, 22 de marzo de 2015

CAPÍTULO 2. SEGUNDO LUSTRO. 1. MI ESCOLARIZACIÓN. #SIEMPREFUIMAESTRA

Capítulo 2. 
Segundo Lustro. 1. 
Mi escolarización.


Terminé mi primer lustro, como ya comenté, sabiendo perfectamente leer y escribir, gracias a mi maestra Anita Espina Pérez. Dice mi madre, que también me sabía las tablas de multiplicar de memoria, nombres de las capitales de algunos países...


Al cumplir los seis años, me llevaron a matricularme para ir al Colegio. El director era Don Juan Manuel Lagares Coronel. Me hizo una pequeña prueba para ver lo que sabía y me matricularon directamente en Segundo de Primaria. Así pues, y como dicen ahora, me habían flexibilizado, no porque existieran esas "etiquetas" en aquellos años, sino porque la enseñanza, aunque en la ley era obligatoria, en la realidad no era así. La ley que regulaba la Educación era la Ley de Instrucción Pública, llamada Ley Moyano (1857-1970) publicada el 9 de septiembre de 1857

Algunos datos extraídos del documento La Educación en Almonte en el el siglo XX, elaborado por José Luis López Peláez para conmemorar los 40 años del Colegio Lope de Vega (El pocito), me han ayudado enormemente a intentar situar mis leves recuerdos sobre mi escolarización.

En el documento podemos leer:

"Con esta Ley se intenta mejorar la deplorable condición de la educación en España, uno de los países europeos con mayor tasa de analfabetismo en esa época, organizando los tres niveles de la Primera Enseñanza.

Enseñanza Primaria, en teoría obligatoria y gratuita para los que no pudieran pagarla, pero que en la práctica dependerá de la iniciativa de los municipios o de la iniciativa privada.

• La Segunda Enseñanza (Enseñanza Media), en la que se prevé la apertura de Institutos de Bachillerato y Escuelas Normales de Magisterio en cada capital de provincia, además de permitir la enseñanza privada en los colegios religiosos.

• La Enseñanza Superior (con las Universidades cuya gestión se reserva al Estado).

"Creemos que es a partir de finales de los cincuenta y principios de 1960 cuando Almonte experimenta un gran avance en Educación, tanto cualitativa como cuantitativamente: Se crean nuevos Centros Escolares, se inician los trámites para el funcionamiento de un Instituto, se abren guarderías, escuelas infantiles, etc."

"Concretamente, los Colegios existentes a finales de la década de los cincuenta en Almonte eran: Cuatro Escuelas Unitarias de niños, dos en la calle Niebla y otras dos en la calle Martín Villa. Además de estas cuatro unitarias de niños, había otras tantas de niñas: Una ubicada en la calle Niebla, en la que era maestra María Montiel Quesada; otra en la calle Santiago dirigida por Agustina Ollel Rueda65; Una tercera regentada por Concepción Suárez Balbuena, que tenía su escuela en la ermita del Cristo y Carmen Medina Fernández, teresiana, que tenía la suya en la calle Sevilla (edificio donde se encontraba ubicada la anterior Biblioteca Pública).

"...sabemos que se creó una sola en la calle Triana, en la que ejerció como Maestra Enriqueta Escolar Montiel"

Como he dicho anteriormente, de mis dos primeros años de escuela, tengo pocos recuerdos, algunos confusos y otros bastante vivos a día de hoy. Sí recuerdo la escuela de la Calle Niebla y a la maestra, que había sido maestra también de mi madre, María Montiel. Sé con certeza, que fue mi maestra en el curso 1966-67, cuando yo cursaba 3º de Primaria, y tenía aún 7 años, porque hice la Primera Comunión y ella me regaló una estampa que siempre he guardado con mucho cariño. 


Tengo también, de esa época, un documento en el que yo escribí la fecha de mi Primera Comunión. 


Por supuesto que también guardo las famosas "fotos de la Primera Comunión" a las que tanto tiempo dedicó el fotógrafo, para ponerme en esa "pose" tan poco cómoda. 



De ese día, sí tengo recuerdos intensos. Hacía viento y yo sentía frío. Me veo caminando por las calles del Pueblo con un bolsito en la mano. También recuerdo las dulces tortas que hizo mi familia para celebrarla.

En esos dos primeros años de escuela, seguí siendo una chica tímida y preguntona. Ávida de aprender y siempre queriendo enseñar. En estos años "le daba de leer" a mi hermana Lola y en los tórridos verano en Acebuche, a todos los que eran más pequeños que yo, intentaba preguntarle como si fuera su maestra.

Tengo recuerdos muy vagos de haber estado en la escuela de la calle Triana. Su patio, los juegos y canciones, me llegan como recuerdos felices. No recuerdo que Enriqueta (la hija de María Montiel) fuera mi maestra. Mi madre tampoco lo recuerda con exactitud. Dice que tuve una maestra que era de Hinojos, pero no sabe en qué curso. Así que lo único anclado en el tiempo por las evidencias, es el Curso de 3º de Primaria en el Colegio de la Calle Niebla con la Maestra María Montiel.

...CONTINUARÁ...

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