martes, 25 de agosto de 2020

CAPÍTULO 12. PRIMERO DE MAGISTERIO. CURSO 1977-78. #SIEMPREFUIMAESTRA

CAPÍTULO 12. 1º de Magisterio.



El mes de junio de 1977, como ya pudimos ver en capítulos anteriores, marcó cambios muy importantes en mi vida personal, social, cultural, estudiantil y también, un maravilloso cambio de régimen político: la democracia. 

Yo siempre tenía todos los veranos libres porque nunca suspendía ninguna materia y ese verano, además, me sentía totalmente libre y alegre pensando en disfrutarlo mucho e imaginando el curso siguiente.


Hace poco tiempo, hablando con mi madre de mi infancia, recordamos que algún verano fui a estudiar con un señor que creo recordar que le decían "Fernando el largo" que daba clase en verano. A mí me gustaba ir porque quería seguir aprendiendo.

El verano del 1977 fue espectacular. Tengo maravillosos recuerdos de mis sentimientos y vivencias de esos tres largos meses de estío. 

Mi novio, José Manuel, tenía coche y le encantaba conducir. En ese verano fue en el que descubrí mi pasión por viajar. A ambos nos encantaba ir a las playas, no sólo de Matalascañas, sino a la que llamamos "playa del LORO" (Playa de la Torre del Loro) a la que yo ya iba cuando era muy pequeña, a Punta Umbría, Mazagón... y recorrer algunos pueblos y ciudades. 




Por suerte, Matalascañas y El Loro, en ese año seguían aún bastante salvajes. De ambas tengo conchas, caracolas, abanicos... que en aquellos años podíamos encontrar en la orilla, a lo largo de toda la playa. Aún las conservo en mi casa y cuando las toco y cierro mis ojos, puedo sentir la caricia de la brisa del mar en mi piel. Cuando cojo una caracola y la sitúo en mi oído, puedo escuchar el rumor de las olas. Vivencias que jamás se olvidan y que engrandecen mi alma.




De ese verano tengo anclado mi primer recuerdo nítido de las Venidas de la Virgen. 



Puedo recordar perfectamente cómo estaba adornado el paseo y el atronador ruido de las escopetas, trabucos, etc... que nunca han sido de mi agrado. 

Recuerdo haber ido al Rocío el día de la Venida, 19 de agosto de 1977, para ver a la Virgen por sus calles y la llegada a Almonte, pero no hice el camino de noche. Es más, nunca lo he hecho porque siempre me gusta ver a la Virgen de día.

No recuerdo exactamente en qué año decidí dejar de ir a ver la salida de la Virgen el lunes de Pentecontés. Sí tengo muy presente, el momento y el lugar, en el que me encontraba. 

Recuerdo que de pequeña me comentaban, que la iglesia se cerraba y se abría al amanecer del lunes. Era entonces, después de la misa de las hermandades, cuando sacaban a la Virgen en Procesión a hacer el recorrido. También me ha comentado mi madre, que mi padre me llevaba con él a la iglesia, me subía a una caja y él sacaba a la Virgen. Mis recuerdos son tan mínimos que no puedo saber si era exactamente así cómo ocurría. 



No sé si es por esa experiencia de ver a la Virgen salir de día, que ese año que comento más arriba, la Virgen vió "los fuegos" (antes había fuegos artificiales por la madrugada del domingo, imagino que después del rosario) estando ya en la calle y era completamente de noche. Yo estaba con mi tía Asunción en el lateral derecho de la iglesia, cerca del pocito. Desde ese año, no he vuelto a ver la salida del lunes de Pentecostés. Voy el lunes a eso de las seis de la mañana y disfruto viéndola a la luz del día. Me gusta verla entrar en la iglesia una vez terminada la procesión.


Con el final del verano llegó septiembre y el comienzo del curso 1977-78, mi primer año de estudios en la Escuela Universitaria del Profesorado de E.G.B. de Huelva, antes llamada Escuela Normal Elemental de Huelva

Podemos conocer un poco de historia sobre la creación de estas escuelas... 

"La Ley Moyano contemplaba la creación de una Escuela Normal en cada provincia. En Huelva no sería hasta 1859 cuando se crearía la Escuela Normal masculina (la femenina vería la luz muchos años después, en 1927)...En 1927 fue inaugurada la Escuela Normal femenina de Huelva, sesenta y ocho años después que la masculina...

La ley General de Educación de 1970 había otorgado a los estudios de Magisterio el carácter universitario, pasando a ser una Diplomatura universitaria (estudios de primer ciclo). Las Escuelas Normales pasaban a la historia, los maestros y maestras se formarían en Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado de Educación General Básica.

En 1972 se inaugura en Huelva la primera sede propia para formar a maestros y maestras, en la calle Cantero Cuadrado La Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Educación General Básica de Huelva, dependiente de la Universidad de Sevilla. Un alojamiento propio y estable con unas condiciones institucionales adecuadas para la dignificación de los estudios de Magisterio"

Yo siempre tuve claro que quería ser maestra y no fue fácil mantenerme en esa decisión. Al parecer, era una chica muy lista y todos querían que estudiara otra carrera. Nadie veía bien que no estudiara una "carrera" más importante. En aquellos años se decía: "quien vale, vale y quien no, a Magisterio". 

Pero yo suelo ser firme en mis decisiones. Así que nadie me pudo hacer cambiar de idea porque ser maestra ha formado siempre parte de mi vida.

Conseguí seguir teniendo la Beca que me permitía estudiar. En mi título de becaria y en mi credencial podemos ver que me asignaban una cuantía económica de 65.000 pesetas.




Estudiar en Huelva en aquellos años era muy caro, el desplazamiento, los libros, materiales, el alojamiento, la comida... y por suerte, yo al ser becaria, no tenía que pagar la matrícula.

En Huelva y más concretamente, en la Barriada de la Orden, vivía mi querida Elvira y su esposo Manolo, con sus tres hijos pequeños (Antonio, Pedro y Manolito). Aunque no son de mi familia, para mí y para mi familia, comenzaron a serlo desde que llegaron vivir a Almonte.



Me fui a vivir con ellos a su casa y allí estuve los tres años que duraron mis estudios de Magisterio. Como la Escuela de Magisterio estaba lejos de la barriada de la Orden, yo tenía que coger autobuses cada día. 

El día 15 de octubre de 1977, comenzaba mis estudios en la Especialidad de Ciencias Humanas, según el Plan de Estudios de 1.971. 

Recuerdo muy bien las emociones y sentimientos que experimenté el primer día del curso. Yo me veía muy pequeña entre tantos alumnos/as tan mayores y me encontraba algo perdida, porque conocía sólo a algunas compañeras de mi pueblo que también empezaban sus estudios allí.

Mi clase era muy grande y estábamos muchísimos alumnos/as. A mi me gustaba llegar pronto para situarme cerca del estrado en el que se situaban los profesores, porque allí escuchaba y veía muy bien. En la parte de atrás, siempre había compañeros/as poco interesados, distraídos, fumando...

Hasta ese curso, nunca había tenido gafas y ponérmelas fue todo un acierto. Entonces entendí, porqué siempre veía tan mal la pizarra, cuando me sentaban en el fondo de la clase.

Las materias que tenía ese curso eran: Pedagogía, Psicosociología, Lengua Española, Matemáticas, Geografía Humana, Dibujo, Religión, Educación Física u Manualizaciones. 

Dos materias estimulaban mis ganas de aprender: pedagogía y psicosociología, aunque pronto me dí cuenta que no se ajustaban a lo que había imaginado y a lo que quería aprender. Pero aún así, leía sobre estos temas libros recomendados, artículos...

Otra gran novedad de este primer curso eran las clases por la tarde. Soy más "búho que alondra". Me encanta acostarme muy tarde y levantarme tardísimo. Tener las clases por la tarde me permitía levantarme a las 11 de la mañana y eso era precisamente, lo que hice durante todo el curso. Solía desayunar poco, para almorzar temprano y coger el autobús para la Escuela.

Por las mañanas me daba poco tiempo a estudiar y por la noche cuando llegaba a casa, ya era tarde, pero prefería quedarme tarde trabajando y estudiando, a levantarme temprano. 

Las materias y los aprendizajes que eran nuevos, me gustaban mucho y me motivaban, pero la forma que tenía el profesorado de enseñarnos, seguía siendo muy teórica, transmisiva y memorística.

Aprender siempre me ha gustado y enseñar, compartir y trabajar con compañeros/as, también. En algunas materias teníamos que hacer TRABAJOS EN GRUPOS. Los compañeros/as de mi clase y yo, jamás habíamos trabajado en grupo y nadie se preocupó de enseñarnos. 

Recuerdo muy bien que para mí fue fundamental encontrar compañeros/as que fueran trabajadores y responsables como yo. Juntos/os conseguimos hacer un buen grupo que era mixto formado por dos chicas, Asen y yo y tres chicos, Julio, Manuel y Guillermo.

También eran excelentes compañeros/as en las puestas en común. Siempre he tenido claro, que un tema es la amistad y otro el trabajo. Pero, en este caso, conseguimos sin conocernos de antes, hacernos buenos compañeros/as y amigos. Esa amistad era buena. Cada uno/a de nosotros éramos de pueblos diferentes y edades diversas. Estas diferencias lograban dar al grupo mucha diversidad y distintos puntos de vista que nos hacía tener que debatir mucho, para consensuar lo que íbamos a presentar.



Aún conservo bastantes fotocopias y trabajos realizados en mis años de magisterio. Ni entonces ni ahora, he logrado entender porqué y para qué seguíamos haciendo en la materia de Geografía Humana, prácticamente los mismos contenidos y de la misma forma que en el bachillerato. 





Y qué puedo decir de las materias de lengua, matemáticas, dibujo, religión, manualidades... Más trabajos como en el instituto y nada de cómo enseñar esas materias en la Escuela. Así que yo tengo que reconocer, que en este año de magisterio, estudié menos de lo que lo hacía en el instituto, pero aprendí muchísimo de la vida convulsa de esos años y de las relaciones personales, sociales, políticas...

El vivir fuera del pueblo me daba la posibilidad de contactar, conocer y vivir distintas realidades de todo tipo sociales, laborales, culturales, políticas... En ese año descubrí la primera crisis del ser humano, la de los tres años, y a la vez que la estudiaba, tenía la posibilidad de observarla en un maravilloso chico de ojos verdes, de tres años. 

Normalmente no me he saltado nunca ninguna clase, pero ese año, recuerdo que después del descanso del recreo, algún día me quedaba en la cafetería con mis compañeros/as y amigos/as con tertulias sociales, políticas, educativas...

En aquellos años estaba lo que se llamaba el "Acceso directo". Yo no me enteré de su existencia hasta que no terminé este primer curso. Unos compañeros/as estaban buscando a todos/as los estudiantes de 1º que no había suspendido ninguna materia y que tenía buenas notas para que lo conocieran.

A mi me encontaron. Recuerdo que me quedé muy sorprendida y un poco desconcertada pensando que si lo hubiera sabido, habría luchado por tener las máximas notas.

Esta modalidad permitía el Acceso Directo a la función pública en la docencia, sin necesidad de hacer oposiciones. En cada promoción se reservaba el 10% del alumnado con mejores expedientes: 

Orden de 25 de enero de 1978 por la que se dictan las normas para la selección de graduados de la cuarta promoción del Plan Experimental de las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado de EGB que han de Ingresar en el correspondiente Cuerpo por el sistema de Acceso Directo.

Este primer curso terminaba con una experiencia maravillosa, tanto dentro como fuera de la Escuela. Había continuado recorriendo el camino que desde pequeña, tanto había deseado. 

En este año, mi novio me regaló mi primera cámara de fotos, que aún conservo como otro de mis grandes tesoros. Era una cámara Kodak Instamatic 25.




Hacer fotos no parecía que formara parte de mis cualidades. Al principio, cuando hacía retratos cortaba parte de la cabeza o los pies, me salían movidas y los encuadres no eran buenos. Pero con los consejos de mi querido suegro, que era un fotógrafo excelente, aprendí y me animé a hacer fotos recuerdos. Pocas fotos porque entonces los carretes eran muy caros tanto comprarlos como revelarlos.

Y nuevamente tuve libre todo el verano de 1978 para disfrutar de las maravillosas vacaciones y comenzar otra de mis pasiones: la fotografía.


...CONTINUARÁ...

2 comentarios:

  1. Me siento muy identificada contigo, pero yo en Zaragoza, mismo año, mismo curso, misma especialidad, horario de tarde...Aquellos maravillosos años!!

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