domingo, 7 de junio de 2015

CAPÍTULO 2. SEGUNDO LUSTRO. 4. EL FINAL DE LA PRIMARIA. #SIEMPREFUIMAESTRA

Capítulo 2. 
Segundo Lustro. 4. 
El final de la Primaria.


En septiembre del curso 1969-70, comencé 5º de Primaria, en el Colegio del Camino Sevilla. 
He podido averiguar algunos datos de este Colegio, gracias al documento La Educación en Almonte en el siglo XX en el que podemos leer:

Años 1960-70 ..."También se decide según Acta de Pleno del Ayuntamiento de Almonte de fecha 21 de diciembre de 1962 :“…se decide comprar el terreno (1500 m2 por (60.000 ptas) para hacer el Grupo Escolar, en la Avenida del Ejército, carretera Almonte-Hinojos.

"Con fecha 12 de diciembre de 1962 reunida la Comisión Permanente del Ayuntamiento, acuerda solicitar el mobiliario de este Grupo Escolar, dos de niños y dos de niñas, en la calle Avenida del Ejército que se conoció con el nombre de Grupo Escolar “Martín Villa”. 

"Estas ocho nuevas Unidades Escolares, (las 4 de la calle Feria y estas 4 de la calle Avenida del Ejército) quedan adheridas a la Dirección del Colegio Público Mixto de Almonte., formándose un Grupo Escolar Mixto con escuelas diseminadas por todo el pueblo almonteño, que serán el origen del Colegio “Lope de Vega”.

"La situación de los colegios a finales de los años sesenta del siglo pasado en Almonte, era preocupante, toda vez que había muchos alumnos que quedarían sin escolarizar, puesto que faltaban las aulas necesarias para ello. A la vista de esta situación se piensa en construir un edificio con 20 unidades para paliar el déficit de aulas"


Los recuerdos de este quinto curso son muy, muy vagos. Sólo algunos objetos de aquella época, guardados con cariño, logran situarme en ella. Me veo recorriendo las calles que iban desde mi casa al Colegio.

Mi clase estaba en la planta alta del edificio. Me gustaba mirar por la ventana y ver a los chicos jugando en el patio. Ese año también estudiábamos separados: las niñas con las maestras y los niños con los maestros. No sé con certeza quién fue mi maestra ese curso. Leves recuerdos me llevan a suponer que fue Doña Rosario. Tampoco tengo recuerdo nítidos de los libros que utilizaba, los cuadernos, los lápices... 



Aunque si recuerdo muy bien, los cromos que cuidadosamente guardaba en una cajita vacía de polvos para la cara.

Hace poco encontré este maravilloso costurero, que no recuerdo quién me lo regaló, pero sí el año en el que lo hicieron, porque quedó inmortalizado en él, con la maravillosa letra de mi tío Pepe.

En esos años, el regalo de este costurero fue todo un acontecimiento. Ya me fascinaba diseñar trajes para las muñecas y con los recortes que me daban las costureras, hacerle los vestidos y realizar el pase de modelos. 



Recuerdo muy bien cómo en los días de lluvia, la caminata de mi casa al colegio se hacía dura, con las rudas botas de agua, que creo que se compraban en la cooperativa y con los vetustos paraguas. 

De esta época, llevo marcado en mi corazón, una gran tristeza. Frente a mi casa, vivía una niña a la que llamaban "La niña cojita". Siempre estaba dentro de su casa y nunca fue a la escuela. Su nombre es Mª Rocío. Recuerdo el miedo que me daba, al verla salir de su casa y acercarse a mi. Sus bruscos movimientos al andar y al intentar abrazarme, me hacía no querer verla, me apretaba y me hacía daño.

Tardé algún tiempo en comprender lo que le pasaba. Tenía parálisis cerebral. Recuerdo lo mal que me sentí al ver cómo había transcurrido ese tiempo, llena de miedo y sin querer estar con ella. En cuanto comprendí lo que le sucedía, empezó mi acercamiento.

Recuerdo nítidamente la primera vez que fui a su casa para estar con ella. Cosía, hacía labores, escuchaba y entendía lo que yo le decía. Le costaba hablar, pero creo que acabé entendiéndola. Esta situación me marcó fuertemente y creo que ha permanecido y permanece, en mi corazón y en lo más profundo de mi alma. 

La Ley Moyano me acompañó, en toda mi etapa de Educación Primaria y pervivió hasta la Ley General de Educación (E.G.B.), de 1970, que estableció la escolarización obligatoria hasta los 14 años.

Acababa la década de los sesenta y con ella, mi quinto Curso. Nuevamente me tocó ir a Bollullos y hacer el examen para que me dieran la Beca. Y esta vez, sí que me la dieron. Mis pasos se encaminaban al instituto, empezando la década de los setenta.

... CONTINUARÁ...

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